El líder parte siempre del compromiso. En el caso del supervisor, tiene dos que son esenciales: uno externo, con las escuelas de la zona que representa, con el plan que se propone desarrollar y con su equipo de trabajo; otro interno, consigo mismo, con los valores que lo caracterizan, con la responsabilidad que asume para conseguir sus objetivos y sus metas. En este sentido, se preocupa por la imagen que proyecta ante los demás, por ofrecer credibilidad, confianza, motivación y satisfacción.
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