•Hablar con seguridad y libertad, sin temor a la crítica.
•Acompañar las críticas con propuestas.
•Oír atentamente al interlocutor para responder en forma adecuada.
•Articular correctamente los sonidos, empleando un tono de voz adecuado a la situación concreta de entonación y al contenido del mensaje (interrogación, exclamación, sonidos indicativos de fin de enunciación, pausas, etc).
•Adecuar el vocabulario que se posee a la situación comunicativa del momento y ampliarlo para conseguir precisión léxico-semántica.
•Evitar las palabras y giros idiomáticos desgastados y los propios del registro lingüístico informal, pues en la sala de clases o en la situación comunicativa de un debate se impone el registro lingüístico formal.
•Conviene arribar a conclusiones al final del debate.
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